Mis hijos y las drogas
Ni a favor ni en contra de que mis hijos fumen cannábis y/o se droguen con otros psicoactivos. Yo apelo por el descubrirse a sí mismo bajo la vía que se considere más oportuna. Claro está que no tengo hijos, ni estoy en proyectos de tenerlos, así que todo esto que aquí medito se queda muy alejado en el tiempo con respecto a las decisiones e ideas que pueda tener en un futuro.
Es sorprendente observar como con el paso del tiempo se van abriendo nuevos rituales a lo largo de nuestra vida, como vamos modificando conductas en función de nuestras situaciones personales. Mi gran cambio como persona yo lo calculo a la edad de 16 años, cuando ese mundo que me proyectaron con límites muy marcados entre el bien y el mal desapareció gradualmente hasta llevarme hasta este preciso momento. En realidad, cualquier decisión que se tome será la correcta si se hace con libertad y buen sentimiento.
Para liberarse completamente hay que aprender y eso nunca toca fin. Cuando a la persona se le da el poder de decidir sobre su vida es cuando se progresa y se aprende, y en consecuencia se siente libre. Cuanto más libre te sientes, más se progresa y se aprende. Es como un círculo rotativo en expansión.
Cada vez estoy más convencido de la neutralidad de las cosas, aunque siempre hay algunas que se me escapan de las manos y no llego a comprender. Cuando eso ocurre tomo conciencia de que he de descubrir esa interrogante y trabajo en ella. Tomar conciencia de algo es despertar y eso es aprender, o evolucionar para los más místicos.
¿Permitiría a mis hij@s el consumo de drogas?. Teniendo en cuenta que desde muy pequeños ya me habría asegurado de que tuvieran un amplio conocimiento del tema aún sin haberlas probado, puedo asegurar sin ninguna duda que sí se lo permitiría. No me gustaría ser un padre con ideas castrantes.
Es sorprendente observar como con el paso del tiempo se van abriendo nuevos rituales a lo largo de nuestra vida, como vamos modificando conductas en función de nuestras situaciones personales. Mi gran cambio como persona yo lo calculo a la edad de 16 años, cuando ese mundo que me proyectaron con límites muy marcados entre el bien y el mal desapareció gradualmente hasta llevarme hasta este preciso momento. En realidad, cualquier decisión que se tome será la correcta si se hace con libertad y buen sentimiento.
Para liberarse completamente hay que aprender y eso nunca toca fin. Cuando a la persona se le da el poder de decidir sobre su vida es cuando se progresa y se aprende, y en consecuencia se siente libre. Cuanto más libre te sientes, más se progresa y se aprende. Es como un círculo rotativo en expansión.
Cada vez estoy más convencido de la neutralidad de las cosas, aunque siempre hay algunas que se me escapan de las manos y no llego a comprender. Cuando eso ocurre tomo conciencia de que he de descubrir esa interrogante y trabajo en ella. Tomar conciencia de algo es despertar y eso es aprender, o evolucionar para los más místicos.
¿Permitiría a mis hij@s el consumo de drogas?. Teniendo en cuenta que desde muy pequeños ya me habría asegurado de que tuvieran un amplio conocimiento del tema aún sin haberlas probado, puedo asegurar sin ninguna duda que sí se lo permitiría. No me gustaría ser un padre con ideas castrantes.
Etiquetas: comprensión, permisividad